lunes, 11 de febrero de 2008

Resaca

Resaca

El sol entra por aquella ventana, quemando todo a su alrededor. El mundo suele ser horrorosamente brillante, se dice Miles mientras despierta. Tratando de rearmar la noche anterior, sólo sabe que otra vez volvió solo a su casa. Recuerda ese par de piernas tan largas meneándose a su alrededor, extrañamente no recuerda nada más de ellas.

Una cerveza helada calmara sus recuerdos o los borrara, otra vez ha sobrevivido a la noche. Su celular tiene registrado mensajes y llamadas que juró que no volvería a hacer, pero sin embargo no hubo ninguna respuesta. El día avanza y la resaca con él también. Miles busca entre sus viejos libros y relee de nuevo sus antiguos poemas. La poesía que tan mal le ha hecho pero sin embargo no puede dejarla.

La adicción al pasado cada vez lo tiene a más maltraer, pero lo importante de todos los días ya no es su melancolía ni el futuro sólo es que trago seguirá al que tiene en la mano. La nostalgia es cosa seria, piensa Miles mientras de reojo cree ver movimientos cerca de sus pies. Luego de un rato se fija con más cuidado y logra ver pequeñas arañas subiendo por sus piernas pero antes de reaccionar su visión se nubla y sus neuronas se duermen. Esas piernas de la noche anterior vuelven a aparecer, los rostros de su memoria se hacen reales, el veneno ya entró a su sistema nervioso.

No queda nada más que esperar la mañana.

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