lunes, 18 de febrero de 2008

Liza y Celine

Liza y Celine

Una extraña luz azul se reflejaba en su cara, mientras sus ojos se perdían en esa figura tan coqueta que se meneaba en aquella pasarela. Aquella silueta reflejaba un pasado duro pero sutil, sus ojos grises no reflejaban arrepentimiento ni miedo. Sus senos grandes y fuertes sólo significaban entretenimiento futuro. Nunca dejó de mirarla incluso sentía celos cuando ella se acercaba a sus clientes, con sus labios urgentes de algún beso, angustiados por probar un trozo de pasión de aquellos señores de altos ingresos.

Todo es cuestión de paciencia pensó mientras seguía viendo a aquella muchacha hacer lo suyo. Cuando el puticlub cerró la espero afuera, una vez que esa chica abandonó el local se presento.

¿Hola, como te llamas?, Preguntó.

Mi nombre es Celine, fue la respuesta de la chica.

Hola Celine mi nombre es Liza.

Conversaron todo lo que quedaba de la noche, Liza se encontraba idiotizada por aquella niña. Con la urgencia del fin de la noche juntaron sus labios, todos sus labios. Apretaron sus muslos como queriendo tatuarse la una a la otra. Gritos silenciosos y susurros culminaron aquella noche. Al final Liza no paraba de embriagarse entre los senos de Celine.

A la mañana siguiente Celine dejo un mensaje en el espejo de la habitación de Liza. Un mensaje poco claro, pero de Celine se podía esperar cualquier cosa. El mensaje decía “Somos dos personas distintas, pero ninguna de nosotras es especial. Nos volveremos a ver algún día”. Liza sólo se quedó ahí pensativa y un poco adolorida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escena poetica, quizas como en una pelicula de Kusturica con un guion de Won Kar Wai. Es notable la descripcion humana en un encuentro sin trascendencia, salvo para sus protagonistas. La ternura desatada en lugares tan poco tiernos y sutiles, delinea lo que en el fondo es un poco, el alma humana.

Gracias por fumar amigo.