Arañas
Todas las noches siento como arañas invisibles caminan por mis brazos y muerden mis venas. Todas las mañanas me despierto y levanto con las mismas dudas, con la misma sensación. Pero al dormirme, lo hago con las mismas respuestas tontas que me impongo.
Cada vez que cierro los ojos las arañas caminan por mi cuerpo, se meten en mis neuronas y sueños. Me envenenan con sus pensamientos y frustraciones. Me ocultan la verdad, enseñándome imágenes de monotonía.
Una noche logré ver a una de ellas en mi brazo, esa misma noche no tuve el coraje de enfrentar la realidad y solo me deje envenenar una vez más. El invierno se acerca por la ventana, las nubes se acercan coquetas al igual que la tímida paranoia con su dulce veneno.