Buscando al fantasma
El rumor crece con la quietud de la noche, se escucha que el fantasma se pasea en el cambio de luz, un espíritu que ya no necesita nada. El cansancio me consume es hora de sentarse en este rincón en compañía de alguna sombra. Los limites ya no me asustan, no hay descanso para la anima, siempre que el colapso me rodea busco al fantasma de Pablo Arraño.
Con un boleto de ida al silencio, solo soporto la incongruencia de luchar hasta al final. En el fondo de mi conciencia sé que es momento de mirarlo a los ojos y descansar en esta esquina hablando con el fantasma de Pablo Arraño.
Abandonado en este barrio tan lejos de todo, las revelaciones flotan como inconsistencias en la mentira. Basta de renegar de las personas, ya no es tiempo de revoluciones. El fantasma me grita que es hora de la evolución. No es bueno basarse en la virtualidad de la vida, estoy harto de tantos binominales y bits. Prefiero hacer compañía a la anima pálida de Pablo Arraño. El reloj marca las